Mundo logico, alegadamente. Lucha, se sensible, adora a dios, y todo cae en su lugar. Te despiden de tu trabajo, te tiran a la calle sin piedad, oídos sordos, risueños, regordetes y sin piedad. Y les digo que tengo un hijo de seis y una de cuatro que suman 100 grados en la indiferencia del que te escucha.
El veneno me corre bien adentro, controlado a diez grados farenheit por el rosario metalico marron que me cuelga del pecho. La temperatura volcanica quiere explotar, los brazos quieren tirar algo caro para verlo romper.
Algunos te dicen que des mas, y los escucho con la paciencia de Job, controlando los instintos cinta negra que hay en mi. El veneno de la frustracion me quiere vencer y la rebeldia de mi alma hace que los acentos de las letras ignore sin cesar. Solo quiero que el tiempo vuele, bajar a grado diez y no perder la fe.
Llamo a los amigos que valen mas que la humanidad. Escuchan, alientan y me bajan la temperatura a grado diez farenheit. Pero el veneno sale por la axila derecha y me penetra el ventriculo izquierdo y me corre por el femur derecho y toco el rosario de metal oscuro y me baja la temperatura a grado diez farenheit.
La ilusion sube y se desvanece, se riega, se dispersa y me confunde, me conozco menos cada dia, tipo alzheimer, donde conozco a los otros cada dia mas y me conozco yo cada dia menos.
Me contento con volver a aspirar a nada, a ser un anonimo que vive sin ambicion, y asi evito la exigencia social. Y de momento me crezco y vuelvo a sentir la ambicion, en grado diez.
La temperatura se desvanece, se gasifica y se estabiliza en 10 grados farenheit. El frio me abacora y me hace sentir bien. El rosario de metal oscuro me sirve de baston y de sosten y me alejo del poder, la ambicion y la insensibilidad, y me hago libre al fin, en grado diez.
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