miércoles, 4 de septiembre de 2013
La calva
Se sienta de medio lado frente al Banco Popular del Viejo San Juan, en el area del corral de las guaguas. Se sienta con su cacharro viejo, con sus monedas viejas y nuevas que rechinan y desafinan y aturden al transeunte mortal. Suena su cacharro de manera incesante. Suena su cacharro para comer, para sobrevivir. Vive de limosna, con su brassiere y panty negro que le ayuda a combatir el calor, ese calor que le suda su calva marron, marron de sus genes y marron del castigo del sol. Me pide laiter, le digo no fumo, le digo soy naturista, me dice muy bien. Me da el si de la sabiduria, de que no estoy loca, que estoy aqui, rechinando mi cacharro sucio, pa joder un poco al transeunte mortal y joderle un poco la imagen al jodido Banco Popular. Se sienta de medio lado, en la agrietada acera, rechinando el cacharro de plastico que hace melodia desafinada en el medio del sol. Por la noche duerme en la escalera, con su seca calva al descubierto y un pano sadomasoquista que le tapa los ojos para dormir y para que no la moleste el transeunte mortal. A esa hora su cacharro tambien duerme, tambien pausa, de su incesante rechinar.
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