Esa cercanía peligrosa, cautivante, de dos cuerpos que se reencuentran. Esa cercanía pasmosa, que inquieta, que te hace sonreir, que te deja perplejo, que piensas es irreal, ante el impetu que crea.
Cercanía de almas, en cuerpos que se rozan por momentos, queriendo y sin quererlo, ante los espíritus interpuestos que se oponen y se ponen de acuerdo.
Cercanía vibrante, que seduce, segundo a segundo, sin prisa, sin pausa, sin miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario