Curando mi alma, mi mente, mi espíritu. Es una lucha diaria, de retos, de consignas, de compasiones, de fuerza, de abrazo. Curándome, saboreando esa lagrima y esa sonrisa, creando realidades de la nada, en actos de magia, para liberar almas y liberar la mía. Curándome, en un mundo de enfermos, dando medicina del alma e inyectándome de esa a mi propia alma. Curándome el vació, en espera de esa que llene ese espacio, curando mi alma, mi mente, mi espíritu, en ese momento, entre duendes, ermitaños y océanos lejanos.
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