Nazco un 15 de febrero, en la madrugada. Eros y Venus habían hecho el amor. Nacer un 15 tiene su reto, estas entre bombas de enamorados, presidentes difuntos y chocolates derretidos. Ese 15 se exacerba con esa luna que crece, con ese cuerpo que se mece y esa mente que te toca. Ese día 15 que pide fuego y recibe hielo. Ese 15, saturado de amor y regaño a críos, subiendo piernas en flexión y abrazando el piso. Ese 15, de fantasía acuariana, de sueños inconclusos, que busca fuego y recibe hielo. Ese día 15, donde se cumple y no se tiene edad, esa edad de ficción, donde se pide hielo y se recibe fuego,
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