Ese planeta de llegar segundo, segundo siempre. Segundo a segundo, en ese mundo de Saturno solo. Segundo, caminando en esa luna tenue, segundo a segundo, en acecho atontado, cansado, mirando esa luna viva, segundo a segundo. Segundo a tu alma, y al alma de aquella, en días repetidos, de añoranza cansada. Segundo a segundo, prefiero no serlo, ese segundo a esa alma que no encuentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario