Ese silencio centrado, que hay que valorar, ese silencio que apacigua ese cotorreo interno, un silencio necesario , sublime, uno que amortigua ese dolor y ese frenesí. Es un silencio que atrapa estrellas y extiende su mano a la mariposa risueña. Es un silencio virgen, de mil vidas, ese silencio que no se compromete pero no traiciona. Silencio que une almas gemelas en extasís nocturno, silencio solo, de mil lunas y cien soles. Silencio nocturno, necesario, sublime.
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