Cascada, esa que cae sin preguntar, fría como el polo sur, surcando en remolinos y elipses, masajeando a los peces dorados de abajo, acariciando la cabeza pequeña de la niña, curando el dolor del grande. Cascada de lluvia, de sonido de paz y misterio, de temperatura de polo norte, surcando en remolinos y elipses.
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