Perdida en el camino, de paseo al castillo. Eras dulce, frágil, sensual. Y un día te perdiste, por caminos angostos de ese bosque encantado, de árboles que hablaban, de arañas gigantes y lobos danzantes. No era tiempo de dulzura, era de sobrevivencia, de ser dura. Y ahora el bosque no existe, pero te quedaste en ese sueño. Ya no estas perdida, despierta mujer dulce.
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