jueves, 21 de abril de 2016

fantasía de otra vida

No me recuerdas. Siempre fuiste una despistada, igual que yo. No recuerdas que te cantaba canciones de amor?  Te regalaba flores de diversos colores, te cargaba desde la arena hasta el mar en los veranos, cuando jóvenes te besaba en secreto en las noches y de madrugada te desnudaba suavemente y mientras te despertabas te iba haciendo el amor. Tu eras maestra y yo pintor. Fui aquel que todos los 1 de abril te compraba unos zapatos rojos,  tuvimos tres hijos, se llamaron Pablo, Micaela y Sebastián. Vivimos en el campo, en el centro de Utuado y nos gustaba sembrar. Tu madre se llamaba Camila y tu padre Vladimir. Eras de descendientes rusos, de los pocos en Puerto Rico. Nos casamos jóvenes y tuvimos 53 años de matrimonio. Yo morí a los 83 y tu a los 77 y juramos vernos otra vez. Nos dijimos que aunque tardásemos en vernos otra vez nos buscaríamos sin cesar. Y juramos no volvernos a separar. Nos dijimos que la próxima vida, la de ahora,  seria la culminación y que de esta viviríamos eternamente juntos. Nos gustaban los perros y los gatos, nadar los domingos en el río , y mecermos en el sillón al final. No seguíamos a ningún político aunque creíamos en la independencia. De jóvenes soñábamos con tener una casa de madera con ventanas amplias. Tuvimos 11 nietos, 13 perros y 9 gatos. A ti te gustaba la pana y la papaya fresca. A mi me gustaba el pescado traído del Sur de Ponce.  Fuimos felices, apenas existe el recuerdo, pero sucedió.

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