Parpadeaba su mente, pensando en esos cuerpos hermosos, de esas mujeres hermosas. Parpadeaba su mente, pensando en el cabello larguísimo de una, la mirada gitana de la otra y la silueta sensual de la otra. Todas eran hermosas, todas eran exóticas, todas dignas de ser amadas toda la noche. Y detrás del parpadeo, se escondía el anhelo, de sentir más allá del cuerpo, de encontrar la fibra, la pulpa, del parpadeo de la mente de ella.
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