Sin pena podría amarte, reducirte a cero. Reducirte s cero de placer, comiendo cada parte de tu cuerpo. Reducirte a cero, en movimientos míos y tuyos certeros, mesiendo amores en pleno, tramando mi lengua en la tuya, intercambiando saliva constante, y caricias en tu bello cuello. Dame tu cuerpo, préstamelo solamente, y te haré llegar a cero.
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