jueves, 21 de julio de 2016

desierto

Tanto me ignoraron que me convertí polvo, de ese  polvo de desierto, donde no hay agua, donde el calor es de sabor siniestro. Me ignoraron por no ser parte, por ser serio y no reírme del chiste ajeno, por no aplaudir en el momento correcto y por saludar de lejos. Me ignoraron, me hicieron polvo, y me convertí en desierto, ese donde el calor es siniestro.

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