Eran dos amantes de otra vida. Perdidos, sin ideas, perdidos en la vorágine de la vida. Habían tenido amores profundos, al punto de tener hijos. Y mientras la vida corría, así corrian sus vidas. En una especie de congelamiento repetitivo, de esa nostalgia, de ese vacío. Y un día se cruzaron en el camino, se reconocían de algún modo. Y comenzó ese proceso de que se pensaban cada vez mas, ese proceso inequívoco, donde te enamoras al punto del sin sentido, donde estas dispuesto a cuidar, a amar, y hasta a dar la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario