Hunza se refugió en su mundo. Siempre traía a su amada de otra vida a su pensamiento. Algunas mujeres aparecieron en su vida, que conocía lentsmente, como se conoce a una amada de una vida pasada y se le reconoce. Hunza no quería herir a alguna de ellas, no era parte de su estrategia. Las conocería sin animo de enamorarlas y cuando la reconociese entonces volaría con ella al mundo del amor.
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