martes, 9 de agosto de 2016

Hunza

Hunza no confiaba en nadie  a excepción de sus hijos. Confío en un momento en su madre quien había fallecido. No creía en el vino ni en la droga, no creía en los amigos, solo algunos, y los abrazos los recibía con un escudo ya que pensaba venían cargados con algún veneno dañino. Hunza desconfiaba de la mujer y aun mas del hombre, a veces confiaba en los niños. Hunza se refugiaba en su mundo, rodeado de sudor, de salitre y de merodear como famtasma para no dejar rastro. Hunza sonreía a veces pero esa no era la naturaleza de su pueblo de origen.

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