Y me rehuso a caer en el laberinto del pesimismo, de ese convencionalismo asesino. Me niego a ser soldado de fila, a pelear con adversarios débiles e ignorantes. Me rehuso a ser mas de lo mismo, de ese fanatismo sin pies y cabeza. Me rehuso a comer migajas ajenas, a suplicar decencia. Me niego a ser parte de ese obra de teatro mal ensayada. En fin, me rehuso a ser parte del mundo de los vivos.
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