Hunza era sensible, y peligroso. Era dueño de siete puñales que no usaba. Hunza cerraba los ojos frente al lago, y la imaginaba. Hunza hablaba con los gansos y los patos y se conectaba con el vuelo de los pajaros. Hunza era diestro en la pelea cuerpo a cuerpo, golpeaba sacos, troncos y puertas. Hunza usaba el césped, la arena y la grama como escenario de entrenamiento. Hunza sudaba, si no, moria
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