lunes, 20 de febrero de 2017

Hunza se adentra en el bosque de las flores

Hunza había entrado al bosque de las flores. La guerra estaba en tregua, los rinocerontes del Himalaya central habian creado un trastoque donde no podía cruzarse la frontera para combatir. Irónico que la naturaleza hubiese provocado la tregua entre el pueblo Hunza y los salvajes Samalites de África central. Esa tregua había permitido que Hunza llegase al bosque de las flores. Hunza llevaba consigo lo necesario. Uno de sus siete puñales por si tuviese que defenderse de algún animal salvaje. Llevaba consigo el puñal rojo y verde. Llevaba albaricoques secos y queso deshidratado. Llevaba también variedad de semillas comestibles y algunas hojas verdes con aderezo de pimienta, frutas y miel. Hunza entraba sigiloso al bosque de las flores, en silencio absoluto, como lobo, como cuervo callado. Hunza intentaba divisar a Alana sin que se percatase. Alana era ermitaña, huía a la menor provocación

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