viernes, 3 de junio de 2011

El nacimiento (versión corta)

Mi esposa estaba a punto de explotar, no de una jartera, sino de la barriga de nueve meses plus.  Ese día veíamos “plácidamente” por t.v., a eso de las 12 de la noche, a Jim Jones, aquel que indujo a cientos a tomar “Tang” con cianuro.  De momento oigo en la lejanía: “Vámonos, que rompí fuente.”  Nos vestimos como locos y a “jullir”.  Es curioso que estos eventos de emergencia me dan vía verde para convertirme en conductor de Fórmula 1, uno de mis tantos sueños.
Llegamos al “Ashford” y meten a la “preñá” a un cuarto.  A mi me sientan por un pasillo, afuera, con el estrés “trepao”, viendo un juego de “Lakers” y “Celtics”, empatado a 40.  Me acompañaba en ese frío y blanco piso una nevera de refrescos y uno que otro empleado con aspecto fantasmal.  Con los Lakers arriba por cuatro, me dice una norsa que entre.  Yo, viejo ya para ser primerizo en estos asuntos, veo a mi esposa, puja que te puja y pidiendo un “pullazo” de morfina.   Lo que le inyectaron no le cayó bien o el espíritu de Jim Jones nos visitó y le metió un poquito de aquel mejunje en la vena.  Entre respiración kundalini yoga y el puja-puja venía un apetitoso buche de vómito, que en el caso de las “preñás” se multiplica por dos por lo mucho que comen las contrallás.  Que lindo preámbulo para la llegada de nuestro primogénito. 
Diez horas después,  a eso de  las 11 a.m., llegó el ginecólogo que se veía “matao”  y dijo: “Chacho, aquí “trasnochao”, me indigesté y no pude dormir anoche, tráiganme un café.”  Si por mi fuera, lo sentaba en el banco de los Celtics. 
Me pusieron una bata para presenciar el magno evento.  En mi despiste y moronidad tecnológica, y en plena cesárea, le pregunté a la preñá qué botón se aprieta para que la cámara prenda.  Por fin, entre fotos y cuchilladas, nació el más esperado entre risas y lágrimas.  Amén.    
(Versión corta y editada de cuento escrito en el 2007. La original está en algún lado, espero…)- mayo, 2011


No hay comentarios:

Publicar un comentario