viernes, 2 de septiembre de 2011

Besitos en el Cutis

Ya me canso de la crítica, si para qué si a nadie le importa, siguen igual, en su mundo, en sus cosas.  Es mas, se preguntan si me pasa algo, si estoy agriao, ¿de qué habla?, ¿está loco?, que se vaya a echar un polvo o a tomarse una cerveza.  Si porque lo superficial es lo que vale, no darse por aludido, si la vida es buena, es chévere, es cuestión de saber vivirla. 
Pero, no es tan fácil.  Hay gente que estudia mitad de una vida y está igual que cuando empezaron o peor.  A punto de perder el carro, a punto de mudarse a casa de sus suegros, a punto de maldecir, y a punto de callarse la boca y el lápiz y no escribir mas na.  Si, porque hasta la libertad de expresión es una pendejada, porque hay que ver si te pasa algo, o si habrá dormido mal o si tendrá algún trastoque en la azotea.
Si, porque es bien fácil seguir andando, y no dándose por aludido.  La conciencia no existe ya, eso es un apéndice, un periódico de ayer. Ahora lo nítido es el IPAD, el sistema de navegación y la cámara en reversa del auto último modelo, el Facebook y el chateo cibernético.  Y tu prójimo que cargue con su cruz.
Pues a mi también me importa poco. Me importa poco el político que se esnuó y renunció, y la alegada solución del status político y la hipocrecía y el auto de lujo y el viaje a Francia.  Y me importa poco el filet mignon, y si Daddy Yankee vendió un millón de copias, o si le cantan cumpleaños a la vecina. Ese es el antídoto contra el veneno que vivimos.  Si, porque en la medida que te involucras en esas necedades, te involucras en la necedad de la vida.
Mejor me voy a una playa, o me meso en una hamaca o le doy comida a un gato o hablo con un niño, o quizás converso con Dios a solas, sin adornos; lo simple, lo inocente, eso es lo que vale.  Si, porque los que tienen más de 16 ya no tienen vuelta atrás. Es finge que te finge, besitos en el cutis por aquí, besitos en el cutis por allá, ¡oye que bien te ves!, en lo que te pueda ayudar…, ¿rebajaste?, ¿quieres quenepas, traje de Ponce?, ¿quieres pon?, menudencias, pendejadas, para hacer como que tu le importas y a mi plin.
El dinero, ser rico, vivir bien, a mi plin.  Que se queden con él.  Que se lo coman como frostin de Sara Lee dañao.  A mi que me lleven a otros mundos, al de un café colao hecho con manos genuinas, o que me vendan un buen aguacate de Gurabo en su punto o un Lincoln del 70 sin cuenta y sin problemas, y que se coman con frostin dañao el Mercedes AMG. 
Es que hablar estas cosas es como disco rayao, es como liberarse y volver a encadenarse ante la insensibilidad que se disfraza de lo contrario.
No, y te dicen que todo va a mejorar, que la entrevista va a llegar y el trabajo anhelado va a llegar, y vas a vivir tranquilo sin contar vellones y búscate un part-time y sigue estudiando hasta que te mueras y pide prestado quizás, y méntale la madre y luego dale un beso en el cutis también. Es la locura del finge finge, de que soy tu pana incondicional y realmente no me importas na.
Vaya pana, me liberé, te cogí otra vez, siéntate a esperar, vengo luego, a fingir otra vez y a darte otro beso en el cutis quizás…


No hay comentarios:

Publicar un comentario