domingo, 10 de julio de 2016

Epi y Mario

Su historia fue intensa. Mario, lo llamaban el Gato. Del Barrio Quebrada Negrito de Trujillo Alto. independentista, amante de la libertad, fumador, fuerte, pequeño, jincho, amante del ron blanco con 7up y mucho limón. Se trepaba al techo a buscar limones del árbol de limón.  De cariño me decía machote. Decia si se rompía algo se podía arreglar; que si lo invento un hombre lo puede arreglar un hombre. Ingenioso, lampiño, jodedor, con poca educación formal pero tenia maña e inteligencia sin par. Muere a los 40, el hígado no aguantaba mas. Me crio, con padre ausente, así fue. La amo, a Epi, pequeña, jincha, preciosa en su juventud, le sobraban los pretendientes, mi madre, esa que perdió a un hijo de 5 años, y quedó mal. Ella era poeta, amante de los animales y empleada del Depto de Hacienda. Con desviación espinal severa y fumadora por muchos años. Alma libre, independentista también. Dejo la universidad de Puerto Rico cuando le envenenaron los perros que ella alimentaba allí. Sufrió mucho ya al final de su vida por enfermedad. Murió a los 71 años y siempre extraño a Mario. El romance de ellos fue antes del trágico evento de la muerte de su hijo, mi hermano, y la muerte afecto la relación de ellos y termino. Se conocieron en una caravana del PIP, el se había afeitado su cabellera curly rubia que luego crecio. Estaba sin bigote y ese luego también crecio. Se amaron intensamente, el casado, por obligación, con una jibara de por allá.  Era entonces, si infidelidad, que le importaba poco a los dos porque se amaban intensamente. Oían música a alta voz, baladas de Camilo Sesto, Wilkins, Haciendo Punto en Otro Son, Miguel Gallardo y Quique y Tomas. Ibamos a la playa en una Jeep Cherokee que luego fue cambiada por un inmaculado Mazda Rx7 color blanco que fue robado una noche y Mario ni se inmutó y siguió durmiendo. Así eran, libres e intensos. Pequeña  historia para recordar y se que ellos se aman ahora en otro lugar.

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