Lluvia de lagrimas, que llueven adentro de mi ser. No son de tristeza, ya esa la pase. Es lluvia de lagrimas, vertiginosas, de nostalgia, de esperanza. Si porque la lagrima es sinónimo de sentimiento, de limpieza del alma. Y la lluvia bendice, y cae en huracán que estremece o en gentileza de gaviota serena en el aire. Esa lluvia de lagrima, que cae en el cansancio de esa noche tibia, silenciada por el abanico que sopla, y la llama de deseo que la llama. Lluvia de lagrima, mojada, cristalina y perfumada. Lluvia de lagrimas, que resplandecen, con pura calma.
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