Jesús

Jesús de Nazaret, ese que muchos siguen, de diversas formas.  Ese que hizo y hace Milagros. 5 panes de cebada y dos pescados, multiplicados en miles.  Multiplicados ante esa multitud de gente que le seguía ese día.  Sin fanfarria o pretensiones, multiplicó y dio de comer ese día.  Ese fue uno de tantos Milagros, como lo fue también caminar en el mar embravecido, resucitar muertos y sanar enfermos.  Y el Milagro mayor, resucitar luego de ser crucificado.  ¿Porqué pensar en ello? Pues en esos momentos de desconcierto hay que saber que existe esa fuerza, ese modo incalculable, que va más allá de milicias, politicos, grados doctorales o de ciencias ocultas.  Es esa energía que trasciende religiones, o dogmas, o esclavitudes del alma.  Hay que hacer una pausa y sin reserva buscar ese Todo que emana de lugares lejanos, que nos lleva, que nos acompaña, nos demos cuenta o  no nos demos. 
Ese, Jesús de Galilea, ese que trasciende a los profetas, ese que multiplica panes y levanta muertos y nos lleva.

Mundo de solos

Ese mundo de muchos, de solos, rampantes y vagabundos.  Atados a su Iphone o Galaxy, sus fieles compañeros, mirando  esa pantalla pequeña hipnótica, texteando con dos dedos acelerados a la velocidad de periodista de maquinilla de los años 50.  Esos, los del mundo de los solos, que se juntan a veces con su gremio, para luego correr desesperados a su mundo de los solos.  Les encanta el selfie, esa modalidad nueva, algo tonta, de tomarse fotos a si mismo, para mirar ese perfil regio, y esos dientes ultra blancos tratados con métodos artificiales de ahora. Ese mundo de los solos, de egos grandes, ultra grandes, que van y vienen y se hacen notar siempre.  Es un mundo de solos, de relaciones afectivas reales en coeficiente 0, de no involucrar emociones al sexo opuesto, a menos que sea para una noche de llamas efímera. Mundo de solos, ese mundo nuevo, que se propaga como pólvora, enajenado de todo y enamorado de nada.

Automatizado

¿Has visto este mundo automatizado, trasnochado y alocado?  Ese mundo torcido, de autos veloces incongruentes que corren a toda prisa por las autopistas o por calles angostas, de mentes perdidas en la conciencia, que quieren volar sin saber caminar.  Esa locura diaria, de voces mecanizadas que te saludan por teléfono y te piden números de confirmación y de tarjetas de crédito.  Es ese mundo artificial de feisbuk, tuiter, instagram y sus primos, de gente que no te mira a los ojos y si te mira es de reojo con esa prisa alocada de ir a la proxima tarea sin terminar la primera, de tumbar la prisa con cerveza, o ir de compras de prisa y endeudar la visa.  Es ese mundo automatizado donde nadie pertenece, todo es ajeno, sin lealtades, sin compromiso ni entrega,  es ese mundo de fantasia, sin substancia y sin punto sobre las ies.  Ese mundo que si te duermes te contagia, y te mete en su puñado de cartas, y te barajea como triste carta de brisca trasnochada.  Es ese mundo loco, que no me gusta, que le huyo y le rehuyo al son de Marley, de la playa de Culebra en mi mente y del tongoneo de la hembra que se mese. Cuidado con ese mundo automatizado, dale la vuelta, atiéndelo de momento con mente automatizada recíproca, y procura salir de él rápido, antes de que sea tarde, y te absorba de manera automatizada.

Trampa

Trampa que seduce, replete de misterios. Tendencia subita, de llegar al alma, sin prisa, con calma.  Te siento, en la noche. Tu trampa, esa que seduce, que inquieta.  Busco salida a esto, pero no quiero.  Seduces, con esa femeneidad que enloquece, con esa trampa,  que seduce, suavemente.

Encuentro

Te encuentro, al menos creo, buscas espacio, me impaciento, me encuentras, en silencio, en ese mundo de dos que buscan ser uno en silencios.  Mundo de dos, de pasion, placer y eros. Me buscas, me encuentras y yo te encuentro.

Aventura

Sabes ese momento mágico y excitante cuando conoces a alguien que te gusta.  Te sientes de momento como quinceañero.  La ilusion vuelve.  Sientes como esas ganas de vivir, de amar.  A la misma vez sientes temor, inseguridad, cautela.  Si, porque haz sido herido antes, más de una vez, y las lágrimas duelen.  Y el caparazón de tortuga aflora, para protegerte de algún golpe inesperado. Y piensas que quizás esta vez sea distinta, que quizás esa persona que acabas de conocer es esa alma gemela que aún no has conocido.  Pero, eres malicioso, te cuidas, ya que comprometer el alma es navaja de dos filos. Pero, ¿que alternativa tienes?  Seguir solo, durmiendo solo, comiendo solo, y amando a nadie.
Amar conlleva riezgos, y antes debes conocer a ese alguien, estudiarlo, sentir que confias, ver si te corresponden, y soltar un poco ese miedo.
Conocer a ese alguien nuevo, aventura con miras a nuevas travesuras.