viernes, 14 de diciembre de 2012

Esto es Mío

“Liquídame las vacaciones acumuladas y días por enfermedad acumulados.  Yo no me enfermo jamás, soy un caballo de hierro. Vacaciones, ¿para qué las quiero? Hay que servirle a mi país, meter mano.”  Así decía el saliente alcalde a la Mis de Recursos Humanos ante su inminente partida de la poltrona municipal.
Sería interesante violar si se puede la famosa Ley HIPAA y mirar esos expedientitos médicos a ver si el flamante alcalde agarró algún  catarrito y fue a consulta.  O quizás darnos una vueltecita por la agencia de viajes y ver si alguien nos chotea sobre las reservaciones a Las Vegas o a Paris.  Pero no, ¿para qué hacerlo? Si ese alcalde o alcaldesa  y esos subalternos se comían esa oficina y llegaban a las  7 a.m. y se marchaban a las 11 p.m. “non estop”.  Si, porque ellos se lo merecen, hay que liquidarles esos días por vacaciones y enfermedad, so pena de ir a los tribunales a reclamar lo que por ley les pertenece.
Y esos Bonitos de productividad, ¿qué me dices? Pues muy merecidos, que la chica, si chica aunque tenga sesenta, era el alma de ese municipio, ese motor de motora Harley que movía ese presupuesto, y velaba porque se hiciese obra en ese municipio.
Oye, ven acá, y esos prestamitos de cuatro o cinco millones aquí, y siete u ocho por allá y catorce o quince millones más después, todos a pagarse a treinta años.  Si, eso es necesario, porque eso es progreso, y le llena el ojo a la gente toda esa obra construida, y así les damos tela a los contratistas para que breguen bien en la campaña y aporten.  El déficit, la deuda, el “kach flou”, que se lo lleve el diablo. Y el dinero del pueblo y los fondos públicos que les llenan el bolsillo, pues a mi que, que mi líder se  quedó sin trabajo y tiene  que tener una reservita en el banco en lo que monta oficina o se inventa algo o llegan las próximas elecciones y se monta otra vez.
Oye, y si no es eso, búscate la grasa, el alicate, el martillo, y el destornillador que aquel se quiere atornillar hasta el ñu, en esa Junta de Seudo Importantes, que mandan en una de esas corporaciones públicas y se tiran tres peos al día en la butaca de cuero nueva cuando se reúnen una o dos veces por semana. Oye, y móntenlos en un  elevador privado, que tenga aire acondicionado, espejos y música suave de fondo y si es americana mejor, que no quieren verle la cara a los chusmas empleados de carrera, a esos insulsos que los miran mal y con la cornea y retina los insultan y los quieren matar. “Si, porque yo merezco estar en esta Junta de Directores, o ser Presidente del más cual organismo, porque yo fui fiel al partido, y fui a los mítines y lambí ojo, así que esto es mío.”
Y si no es la Juntita, o si no te dan el Bonito de 100 mil pesos, pues colócalos en la  Judicatura o en el Departamento de Justicia,  nómbralos juez o jueza aunque al decidir un caso judicial le tiemble el pulso más que a un paciente de Parkinson o nómbralos fiscal para que metan preso a la gente aunque nunca  hallan llevado un caso criminal, o peor aún, no hallan pisado un tribunal jamás.  Pues que importa, si es un tipazo o una tipaza, si tiene una sonrisa preciosa, y su ética es intachable, y trabajó en la redacción de leyes en la Legislatura, o tuvo oficina por un tiempito en un callejón de Caguas o de Carolina.  Dale eso que eso es de él o ella, 12 añitos en esa silla vieja de cuero, con la esperanza que en el año 11 se trepen los suyos otra vez y vuelvo a la jauja y al traqueteo y al año 16 le den un Bonito, o lo nombren a la Juntita o le den otro puesto en la Judicatura o el Departamento de Justicia.
Mis amigos, lo anterior es la lógica en el mundo politiquero de Macondo, donde reina la desvergüenza, el chanchullo y el fanfarroneo. Seguiremos informando.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Revolución

Es extraño ver a personas celebrando la muerte de sus seres queridos.  O más bien rememorando sus cualidades positivas y atributos.  Su bonita sonrisa, su compañerismo, su forma de ser, su gratitud, su sentido del humor, así describen al asesinado.
Parece extraño, son manifestaciones que antagonizan con lo natural. Dar entrevistas a la prensa, en programas de televisión,  ser líder de marchas a favor de la paz cuando te matan a un esposo, un hijo, o un padre son fenómenos que no se entienden del todo.  Pueden ser manifestaciones espontaneas, pero de alguna manera siento que la soledad y la angustia prohibirían ese tipo de conducta.  
Son conductas que reflejan tendencias  y modos de ver la vida de manera distinta.  Quizás demuestran fortaleza y fe o quizás son mecanismos de defensa para poder continuar sin la compañía de aquel que fue asesinado vilmente. Son también tendencias repetitivas  que ilustran lo patético del panorama que vivimos donde matan a decenas de personas en una semana y nos dedicamos luego a escuchar los dulces recuerdos y anécdotas relacionadas al ser asesinado. 
Lamentablemente este tipo de manifestación no detiene el problema.  Para atajar el problema hay que considerar medidas drásticas y definitivas, sin titubeos, sin risas, y sin cuentos de camino.  Deben tomarse decisiones que vayan más allá de  lo que ya hemos hecho.  Conlleva revolucionar el sistema educativo, especialmente el público, para ofrecer herramientas y escenarios idóneos para formar ciudadanos de provecho.  Conlleva meterse a esos residenciales y barriadas a educar a los miles de analfabetas.  Conlleva llevar brigadas de trabajadores sociales, sociólogos  y sicólogos que acampen en esos lugares y no abandonen hasta que no atajen la violencia y la inmundicia.  Conlleva poner a trabajar a los miles de mantenidos y vagos que viven del Estado y tienen la auto-estima en negativo veinte.  Conlleva analizar castigos, sin excluir la pena de muerte, y castigar a desalmados que asesinan viciosamente.  Conlleva que los ricos y famosos den de si y de su fortuna y ayuden a los marginados, no dándoles dinero y limosnas, sino patrocinando talentos, adoptando escuelas públicas, adoptando barriadas, fomentando el arte y la cultura, la música y el deporte para que llegue a los desposeídos.  Conlleva proteger a los niños y jóvenes del maltrato y la indiferencia para que mantengan su inocencia aún cuando lleguen a viejos. Es dar a los otros para crear algún tipo de socialismo democrático donde todos tengamos valor y nos sintamos con valor.
Son resoluciones difíciles que nos tocan a todos, al Gobernador, al banquero, a la ama de casa, y al limpiabotas.  Bajar de esa nube fantasiosa, sincerarnos, aceptando que estamos en un caos y que no somos meros espectadores sino actores en donde cada uno tiene que hacer su parte. 
Es dar de nuestra energía, no para adquirir bienes materiales inmediatos, sino para buscar maneras de que Puerto Rico cambie.
Es entregarse y dejar a un lado el chisme, los ataques, las neurosis y la zanganería global para transformarnos en una sociedad digna.  Si países como Dinamarca y Canadá, por mencionar dos, lo han logrado, ¿por qué no podemos nosotros?  Talento hay de sobra, profesionales hay de sobra, pero hay que educar al oprimido, convertirlo, y proveerle espacio para crecer y evolucionar.  De lo contrario, seguiremos divididos,  asustados, y encerrados en nuestras casas, impotentes  ante Macondo.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La muerte y la flecha

La Concha, lugar chic, de respirar air fresco, de compartir con amistades, de relajarse. Guavate, lugar de lechoneras, de pasarla en familia, y respirar aire de campo.  Principio y comienzo de publicista asesinado.  Escenarios dantescos para explicar y entender tragedias.  Calle Padial en Caguas, lugar de erotismo y venta de cuerpos, punto intermedio de este viaje al Infierno.  Carro Toyota Matrix, punto de interconexión, de viajar de A a B y de B a Z.  Candungo de gasolina, utilizado para resolver emergencias y en casos insólitos prender en fuego a una víctima inocente.  Tarjeta ATH,  instrumento para extraer dinero y satisfacer un vicio. 
Dos hombres y dos mujeres, todos de menos de treinta años, agreden, torturan, todo por unos míseros 400 pesos.  El publicista, de poco más de treinta, se aferra a la vida y luego implora por su muerte luego del salvaje acto.
¿Y qué los llevó a cegarle la vida?  ¿Qué les lleva al salvajismo, a ahorcar con cable, a prender con gasolina y a dar golpes hasta la muerte?  ¿Qué los posee?  ¿Y cómo se marchan y siguen su vida?  ¿Qué los mueve, cómo al otro día pueden desayunar tranquilos y quizás jugar algún video juego, de esos de matar a muchos?
Son salvajes, que nacieron inocentes.  Y se convirtieron.  Poco a poco, mediante heridas y actos anónimos de negligencia y maltrato.  Actos que crean monstruos, que luego ahorcan, que queman y dan palos hasta la muerte.  Son productos de escuelas enfermas sin destino y de núcleos familiares disfuncionales y extraños.  Son mentes presentes ajenas a Cristo y guiadas por actos imprudentes, crueles y mezquinos.  Despedazan a un cuerpo y su alma vaga.  Dejan a una familia herida de muerte, con recuerdos de la risa y de las bromas de la víctima. 
La esposa, arquera olímpica, tendrá que sanar de algún modo, aunque quiera de algún modo atizar múltiples flechas en el corazón helado de los victimarios.
Macondo, cuna de muertes, de injusticias. Esperemos algún renacer, algún día.

martes, 4 de diciembre de 2012

Macho

Sus años de gloria estaban atrás, bien atrás.  Su pícara mirada y sonrisa escondían soledad.  El mundo terrenal era su aliado, las salidas, el jangueo, disipaban parte de su dolor.  Sus andanzas, montarse en el carro Mustang y bajarse en la bar Azuquita le costaron.  Le costaron más que la derrota ante Chávez o Trinidad o su triunfo extenuante ante el Chapo.  El conductor del Mustang, amigo de la infancia, no era santo de Iglesia y fue emboscado y ahí se fue el Macho.
Era transportado en ambulancia, entubado hasta el mechón encaracolado que lo acompañó por décadas.  En ese momento, su soledad quería disiparse y volar a otro mundo, más cerca de la gloria de antaño, más cerca de los amigos y del séquito que él pagaba en Las Vegas.
Su español enredado y torpe se confundía con su inglés neoyorrican repleto de sapiencia y maña callejera, que salpicaba astucia como cuando era arrinconado en la esquina del ring.  Era ese inglés aprendido en El Barrio que lo sacaba de apuros cuando era entrevistado en lo que para él era un vernáculo ajeno pero atesorado como suyo por motivo de haber nacido en la Ciudad del Chicharrón.
Su muerte y funeral fueron dignos de Macondo.  La desconexión de las máquinas, la controversia sobre su muerte cerebral, la cogida de nalgas de su hijo a otro boxeador en pleno funeral, su madre vestida de blanco, la guardia de honor, Lavoe cantando mientras el Macho boxeaba y bailaba en videos pasados, sus hijos ausentes y luego presentes en la Gran Urbe, sus ex queridas jalándose por los pelos, su brodel peleando con un ex monarca chicharronero también, y él, pasmado en su caja, presenciando lo que le gustaba, el salpiqueo de cafrería, de jodedera y de incongruencia.  Lo veía por la Internet y pensaba que se levantaría de la blanca caja, que sacaría una risotada y el Segudo, y traería a colación su ya legendario unicornio prohibido.
Fue ejemplo de nada y de todo.  De ser atrevido, de perder su vida, y ser ídolo sin tener todo el mérito para serlo. A su muerte, fue llevado en carruaje halado por caballos y reunió a ex boxeadores, en presencia, por Twitter y Facebook. 
Fue capaz de robar, de ir a la cárcel, de manotear a una mujer y a un hijo, de ir a los tribunales, de abusar de su cuerpo, de ser acusado, de hablar un español sin sentido y aún así ser querido y velado como héroe.
Sus victorias y sus derrotas en el ring fueron muchas veces criticadas.  Sus agarres constantes cuando iba a ser noqueado contrastaban con su velocidad de manos de relámpago y la guapería del bravo.  Su ingenuidad contrastaba con la malicia del mundo.  Su jovialidad eterna  y capacidad de reírse de si mismo iban de la mano con una seriedad  e intensidad que pocos se tomaron el tiempo de apreciar.
Macho, de aquí y de allá, descanse en paz, y que haga reír a los del Más Allá.  Hasta luego Campeón.


jueves, 15 de noviembre de 2012

La pitirre, el cangrejo y el cardenal

Casa  llena en el Coliseo Roberto Clemente.  La euforia reina.  Carlitos Arroyo corre como gacela en penetración y Ayuso la tira de tres y la atina con pose de verdugo.  Previo a esto, en décadas no tan lejanas, el feudo de los Cangrejeros y los Cardenales era mítico.  Butch Lee se suspendía en el aire, Freddy Lugo relampagueaba con guapería fina, el mago Blondet erizaba a la fanaticada con pases traídos de otro mundo, Earl Brown campeaba con codos de acero, Robertito Vigil con su fino dribleo, Tony Díaz, el blanco, haciendo de todo y Pipo Rivera con la yompa inmisericorde.  Del lado del Cangrejo me acuerdo menos, siempre seguía a los Cardenales de niño, pero quien no se acuerda del legendario Centro Teófilo “Teo” Cruz y los pininos del flaco Quijote antes de hacerse ídolo con los Mets.
Y, ya los Cardenales hace rato no existen. Y hace poco los Cangrejeros tampoco.  Esa magia del Deporte Rey de Puerto Rico y de San Juan se fue a pique por disputas tontas de índole politiquero.  Ante ello, el Coliseo Roberto Clemente lloraba y sus butacas destilaban polvo e invitaban a roedores ante la falta de actividad deportiva.
Y el guaraguao dormía empachado de carne cangrejera y de pájaro cardenal.  Y surgió una pitirre que invitó al menos al cangrejo a salir de su cueva silenciosa y solitaria.  Y ambos reían de contentura. Y el cardenal tuvo al menos esperanza que algún día se recuerden de él y de los gloriosos campeonatos obtenidos en el pasado y que lo revivan de algún modo.
La tregua es necesaria y el deporte es, junto al arte y las letras, manifestación divina que aquieta la violencia y la tristeza, es ese bálsamo que va por encima de la politiquería y  cualquier conflicto económico que pueda surgir. Sin estas manifestaciones, somos nada, estamos muertos en vida.  Y con ellas, respiramos, se nos agita el corazón, nos deleitamos en la victoria y sentimos la derrota que son parte de las emociones que nos hacen de carne y hueso.  Son circunstancias que nos sacan de la rutina y nos llevan a la pureza de lo que somos y  nos permiten ser niños y niñas por un rato, lejos de los problemas en que vivimos.
Esperemos que la pitirre, el cangrejo y el cardenal sean felices y el guaraguao se vaya lejos a fronteras lejanas de Macondo a comer de otras carnes.

martes, 13 de noviembre de 2012

Rojo, púrpura

Por alguna razón, siempre he creído en el ideal de la independencia.  En tiempos recientes, en ánimo de llegar a un japi midium, he coqueteado con ese diz que ELA soberano.  He coqueteado con ese embeleco no porque crea tanto en ello sino como modo de posicionarme mentalmente en algún barco que tenga probabilidades de llegar a algún puerto. Esto, ya que los líderes independentistas se meten en una caverna por tres años y no educan y en el año electoral resucitan como Lázaro con ese discurso de Siglo 20 donde venden un sueño a personas a los que se les ha lavado la cabeza por más de cien años y se les ha sumido en el mantengo y se les ha aprisionado en los barrotes  de la colonia.  Pues el ELA soberano es algo que no me enloquece pero no me espanta y nos provee mayores poderes, mayor hegemonía política y económica, y nos permite pararnos solos, aunque sea con muletas.
Pero, ¿qué pasa?  O, espero que no pase.  Es el maldito vaivén político, ese que nos lleva de rojo, a púrpura,  y luego a azul.  Es ese vaivén que comienza con esperanza pero se reduce a crear semidioses, a seguir con los amiguismos, a pagar favores políticos y a recompensar al que aportó más cash en la campaña e ignora con i mayúscula  a todo aquel que dio la mano verdadera y de confianza en la época electoral.  Es ese momento donde a los nuevos líderes políticos les da amnesia selectiva, y les da con vivir la vida loca política, y a montarse en esa maldita escolta de guagua negra con tinted glas, y de emborracharse de poder y dar una bailadita al compás del Gran Combo.
Oye, pero que no hay nada malo de mover las nalgas al compás de los Mulatos del Sabor, pero malo es seguir meneándolas por los tres años del cuatrenio, ya que el último es el de la tiraera de campaña y ese ya no cuenta ni pa’ pul ni pa’ banca. Y si no hiciste na’, te jodiste.  Si, porque ya los azules la montaron, la plancha, con el Pilu y el heredero del Rosellato y el Furer boricua velando guira y la Gordin soñando con Krispy Kreme y volver a sus romances con Ruben Sánchez, al estilo de J.Lo y Marc Anthony.
Y ante eso, yo quiero ser iluso y apostarle al tajo. Yo quiero pensar que los nuevos líderes populetes ponen su acción donde ponen la palabra, que abrirán sus mentes a las alianzas, que serán sabios y sabrán diferenciar entre talentos reales que pueden aportar a este país y no mantenerlo sumergido en esta arena movediza que nos condena y nos asfixia.  Yo apuesto a la democracia, a ser un pueblo unido, sincero y honesto y apuesto a educar al analfabeta y a sacarlo de la mentalidad de recibir cupones a cambio de ser un vago novelero. Y yo apuesto a ser más y no a ser menos.
Espero no perder la apuesta, espero que el ahora rojo no tome matices de púrpura para convertirse en azul en el 2016.  Si sucede, que Dios nos ayude ya que volveríamos a lo peor que nos puede dar nuestro adorado Macondo.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Decisión

Todos quieren lo mismo- el poder, unos con unas intenciones y otros con otras, alegadamente. La recta final llegó y el viaje montado en tumba cocos y dar la mano 600 veces al día terminó.  Los debates estériles terminaron, la cara rebosante de maquillaje y el “photoshop” terminó.  La avalancha de comerciales que cuestan millones llegó a su fin.  Todos se cantan ganadores, todos tienen las encuestas a su favor, el de ellos es el mejor y el otro es un casi ganador.  Las doñitas que van a los “meetings” tendrán que volver a su bingo y los otros buscarse otro actos de fanatismo. 
Por el momento las mentes de aserrín siguen siendo bombardeadas con propaganda engañosa. Se les lava la cabeza y se les manipula su poco cociente intelectual combinado con poca escolaridad. 
Seguimos sumidos en la fatídica rutina colonial, de levantarnos temprano y moldearnos a la astucia del político de turno que en tiempos recientes ha tomado matices cada vez más pronunciados de demagogia y violencia dictatorial.
¿Qué nos queda a los más o menos pensantes que somos exprimidos entre esa masa ignorante y esa elite de millonarios que se afilan los colmillos?  Pues seguir pensando, leyendo y sobreviviendo. 
¿A dónde nos dirigimos?  A lo inevitable, a darnos contra la pared y ver si de algún modo nos definimos algún día, dejando atrás lo complejos de inferioridad y que dependemos para vivir de los que nos envíe el Tío Sam.
El 6 de noviembre será un día para decidir.  Decidir si continuamos sumidos en un derrotero ambiguo donde los que están en el poder alegan progreso o decidir si rompemos las cadenas y nos encaminamos a la libertad individual y global dentro de un mundo complicado por demás.

viernes, 26 de octubre de 2012

Tiempo

Ser amable y cordial, civilizado, respetuoso, siguiendo la ética social, siguiendo los modos correctos de comportamiento, de interacción cordial. Ser parte de la sociedad, de servir a los demás, alegre y contento, esperando tu oportunidad. Ser soldado de fila, cordial, ameno y simpático, honesto y servicial. Contrastes sujetos a los vaivenes, a la envidia y a las exigencias de  ignorantes  con ínfulas de grandiosidad.  Levántate temprano, positivo, que tu turno llegará, se levanta iluso en contraste con los listos que hablan y se ubican sin mayor problema o complejidad.  Levántate luchando que tu día llegará, contrastando con grandes intereses y riquezas cercanas y distantes que se esfuman sin mayor complejidad. Levántate y arréglate que tu día llegará, contéstale el teléfono al político o véndele una taquilla que él te dará la mano sin mayor complejidad.  Levántate y péinate bonito, date el recorte mensual, acicálate la patilla, que tu día llegará.  Lee tratados y biografías, el diario, sin mayor complejidad.  Estate atento, plancha bien la ropa y lustra el zapato sin mayor complejidad.  Míralos pasar en Mercedes Benz que tu tiempo llegará, aprovecha la edad media, crece y evoluciona sin mayor complejidad.  Date la limpieza bucal cada seis meses y cría bien a tus retoños que tu tiempo llegará.  Tómate tus vitaminas, vela tu dieta, sin mayor complejidad.  Tranquilo, quédate tranquilo, que al filo de los cincuenta tu tiempo llegará.  Pica bien las frutas, adoba bien el pescado y toma agua helada que tu tiempo llegará.  Míralos saludándose en las tarimas y en el área comercial y ten calma que tu tiempo llegará.  Tranquilo, tu tiempo llegó, ni te diste cuenta, acuéstate temprano, peina tus canas blancas, que tu tiempo terminó.

jueves, 18 de octubre de 2012

Llegar

La ciencia contra el espíritu. El milagro contra la crudeza de la vida.  Cayó de su cama en el mundo de los sueños.  Un golpe seco en la sien fue el comienzo del final.  Su foto pícara y precoz apareció por diez días en los diarios. Se debatía la desconexión, la negación y angustia del padre y la madre aumentaban como locomotora sin control.  El misterio de la vida y la muerte aparecía nuevamente, en lecciones difíciles de digerir y de aceptar. Una vida que comenzaba y de repente termina, para entonces volar a mundos incomprendidos y mágicos.  Los que quedan acá deberán continuar, sin ápice de ganas, sin apenas fuerzas para algo.  Sin apenas fuerzas para sanar, sin apenas fuerzas para llorar. Pero, de alguna manera los días pasarán, el y los ángeles se manifestarán, y los bálsamos distantes se acercarán.  Solo queda esperar, vivir sin prisa, saborear lo salado de esa lágrima, que se transformará y servirá de puente para llegar a ese lugar donde él está.

jueves, 11 de octubre de 2012

Pueblo

El fin justifica los medios.  Empleados en las calles, despedidos, fuera de sus trabajos.  Reglas de juego disparejas, al son del dólar, de contratos millonarios repartidos de manera minimalista, con caprichos personales de por medio, sin entrar en detalles de los méritos ni el talento del agraciado.
Macanazos e insultos, postrar de rodillas al universitario, al son del poder.  La prensa es presa del autoritarismo, de un régimen maquillado de democracia.
Los millones compran anuncios televisivos en la recta final eleccionaria, creando ilusiones joliwudenses, de un líder peinado a la perfección, con sonrisa perlada que disfraza pensamientos de reivindicar, de repartir alimentos y placer a su jauría de lobos.
Pueblo torpe que se divide en tribus, en ánimo de no se qué, de dar ventaja al adversario, a ese que responde a intereses de pocos y le conmueve poco el sufrimiento de muchos.
Pueblo iluso, tal niño de kindergarten, que todavía cree en el líder peinado a la perfección, que promete bienaventuranza, y reparte desesperanza. Pueblo que pretende ser lo que no es, pretende ser parte de algo que no puede ser, y se auto-flagela creyendo ciegamente al líder peinado a la perfección.
Pero más allá del ignorante, de la mentira, del engaño, del fraude, de los millones, y de un pueblo torpe, se levanta un pueblo con alma, con mente propia, que abre los ojos y se defiende de actos impropios que atentan contra su fibra.  Es un pueblo que grita, que se hartó de la injusticia y que prevalecerá de algún modo, de un modo incomprensible, que va más allá de los sentidos.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Teñido de azul

Frankenstein, el Jorobado de Notre Dame, el Guasón, Doña  Alicia, Satanás, Don Moncho del Barrio Vacas de Villalba, todos tiene algo en común.  Votarán el 6 de noviembre.  Algunos o todos están muertos, otros con la mente en Valencia producto del agonizante Alzheimer, otros con la mente torcida, y si, todos, votarán.  Resucitarán ese día, se quitarán de encima residuos de hormigas bravas, algún gusano cretino y tierra trasnochada impregnada en sus muertos cuerpos.  Sus espíritus descendarán del Más Allá y se teñirán de azul, en vías de engordar las cuentas de sus Creadores, de aquellos que les dieron vida como títeres de circo barato o como Pinochos corruptos.
El líder bravucón, de bigote hitleriano y actitud de Pinochet, visita Las Cucharas, la de Bayamón, la de Guayama. la de Vega Alta, y las demás, en busca de votos.  Los Insectos, los Ñetas, los 21, son víctimas de su demagogia, les promete a saber qué a cambio del voto teñido de azul.  Son miles y hay que sumarlos a los muertos. Si, para prevalecer y mantener con vida a sus Creadores, que se alimentan de poder, de dinero y de abusar.
Esquemas electorales del Siglo 21,  juego de ajedrez pensado y repensado, en vías de robarse la Elección, de mover las aguas lentas y repletas de algas, y convertirlas en un tsunami  a costa del engaño y la mentira.
La inmundicia impera, corrompe hasta al Jorobado de Notre Dame y trae a Doña Alicia del Más Allá.  Demagogia incesante que sienta en la mesa a asesinos y violadores y les tiñe las manos de azul.
Juego peligroso, que atenta contra la dignidad de un pueblo, que destruye la democracia, y tiñe de azul a nuestro adorado Macondo.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Fantasma

Fantasma dormido, sumido en sueños, encapsulado en aire acondicionado, navegando en el Internet, en un mundo artificial.  Fantasma que almuerza comida fría.  Fantasma que aspira a ser de carne y hueso, a compartir con seres humanos, a ser líder, a servir.  Fantasma  anónimo, con cierto talento  y cierto ánimo de ser alguien.  Fantasma que busca, que ríe, que se molesta y que suda.  Fantasma que escucha la radio, que escucha a los políticos y presencia crímenes horrendos.  Fantasma que saluda y busca quien lo mire a los ojos y le sonría.  Fantasma que vive en un mundo rápido y complejo.  Fantasma que mira la inocencia de los niños y se asombra ante la incongruencia del adulto.  Fantasma que flota, que camina y vuelve y flota.  Fantasma que vacila, que duerme, y que despierta.  Fantasma anónimo, con ansias de ser alguien, con ansias de ser libre.

martes, 21 de agosto de 2012

El Enganche

Ágil y veloz me dirigía a un mitin político, cosa rara en mi que nunca he estado en esas cosas.  Conduzco mi auto a cierta velocidad, suena algo extraño, pensé en goma, en alambres, en goma que no sirve, que me atrasa, que me quita la velocidad, que me aguanta y me limita.  Pensé en seguir, en continuar, en llegar.  El mitin era en Arecibo o en Hatillo y la goma no iba a llegar, pensé.  Cambio de brújula, de destino, viro en U, decidido, a la Carretera Vieja de Caguas, lugar de encuentros eróticos, besos y fresquería, en busca de una gomera enana que rastreé por Internet donde compro gomas de Canadá usadas en 35 pesos y me ahorro los 100 o 200 si es nueva, Pirelli, Michelin o de estirpe chino. Me recibe el dueño, con la truquería del comerciante que se las busca, con ganas de engatusar, de venderme más de una, o quizás cuatro nuevas, si me duermo.  Buscan el cadáver, revestido de alambres, y otra de ellas alegadamente inservible, con apenas un rasguño o pellizcada en el área visible.  Me decido por comprar una, el presupuesto es limitado, que raro.  Me la montan, voy en huida, al mitin, y el comerciante me dice que en otra ocasión me vende cuatro, que le de un cheque posdatado y que se las puedo pagar poco a poco.  Ajá, si, que no te doy ná, y sigo mi camino, con la goma nórdica usada que parece nueva, que me salva la vida política en ciernes, una que quizás debí haber comenzado hace diez años o no comenzar ná.
Voy a mi, sé que llego, ya resolví.  Voy por Bayamón, por el peaje, no me para nadie.  Le meto al chambón, el turbo se eleva, pura dinamita, y de momento, lo inexplicable, el segundo incidente del atraso.  El turbo comienza a escopetear, o una manga safá, a dar halones, se jodió el cloche pensé, unos vecinos del Expreso me hacen señas, la peste a humo me inunda y el humo se hace visible.  EL HOT de la temperatura es evidente ante el humo y miro el tablero y no es mentira.  A la altura de Toa Baja, en el Expreso, en una Salida, me alineo, a merced de una mangosta rabiosa o un alacrán salvaje, y de basura visible y de calor que me sulfura y llamo a Celu rescate y maldita sea la retajila de preguntas que quién soy, que dónde vivo, que en dónde me encuentro, que si vivo en una urbanización, que cuál es mi email, que el gruero llega en tanto tiempo, que carajo mándame la grúa que llego tarde al jodido mitin, que soy nuevo en esto, que no me he puesto la camisa del Partido todavía, acaba y llega y resuélveme.
Decido mover el auto, el turbo, con ganas de incendiarlo o tirarlo por algún barranco cercano, caigo en una gasolinera, un oasis, entro adentro, hay airecito acondicionado, y me llama el centro de mando del gruero, que tenían mi numero de celular mal anotado, y me llama el gruero y me dice lo mismo y le digo que no es mi problema y que llegue, que no llego al mitin, y ya sé que no llego, que me voy trepao en grua a donde vivo, de regreso.
Y llega el gruero, pero antes llega otra grua y otro gruero, y le pregunto si es de Celu rescate y me dice que trabaja para ellos pero que no lo han llamado. Y lo ignoro, y espero por el gruero que me toca, que va más de una hora y no llega. Y finalmente llega, con cara de guardia trasnochado y dice le falté el respeto porque no le hice caso a su reclamo de que tenia mi número de celular equivocado, y me dijo finamente que me joda y que me busque otra grua. Y lo ignoro, y le doy la espalda, para evitar irme a las manos y perder mi licencia y otras cosas.  Y me mandan a otro gruero, un pelón de 20 años, que es el que vino primero, el que había ignorado. Y me engancha el turbo, con goma usada canadiense recién comprada, y hablamos de mi, y de él, de que es graduado con honores de la High, y le digo que su cuate gruero lo tomó muy a pecho, y que iba para el mitin y que ya no llego ná y de otras cosas, para matar tiempo, para llegar de donde salí.
Finalmente, llego a donde llegué, al hogar, me tiró en el sofá, pensando si valió la pena levantarme para ir al mitin, o si la playa cercana era el destino a seguir.  A fin de cuentas, lo mismo da, en Macondo, nos divertimos si no nos volvemos locos antes. En el futuro otro mitín, o quizás enganche, habrá.

jueves, 28 de junio de 2012

El Matón y el Holandés

Muere joven holandés de madre puertorriqueña.  Tenía solo 17 años, de familia pudiente.  Me lo imagino con el corazón en la mano, desesperado, con taquicardia inducida ante el pánico, con el estómago apretado con mil mariposas retorciendo, ante la persecución maquiavélica de sus futuros asesinos.  El o los mozalbetes, demonios encarnados, con o sin crack en sus cabezas analfabetas, lo persiguen, en ánimo de robarse una jodida guagua Lexus que no es mas que lata, cuero y plástico decorado, pero de alto costo en el mercado negro.  Tan alto es su precio que vale más para ellos que la vida de un inocente, de un blanquito como dirían ellos, que en realidad es un ser vivo, creado por Dios.
Se declara culpable joven de 15 años que apuñaló a joven en El Condado.  ¿De qué le sirvió el asalto?  Vivirá 30 años en la cárcel, y yo lo mantendré a decenas de miles por año.  La víctima ya no está acá, está allá en el mundo celestial.  Acompaña al joven holandés en un mundo que tiene mucho más sentido, que vale más que una Lexus o una cadena de oro.
¿Y nosotros?  ¿Qué hacemos?  ¿Nos preparamos para la época de vacaciones en la playa y luego a parrandear en Navidad, o a sentarnos a ver los Juegos Olímpicos de Londres? ¿Y nuestra indignación, dónde está? ¿Y nuestra conciencia ciudadana, dónde está? Nos anestesiamos, nos aclimatamos y nos robotizamos, esperando la nueva noticia del nuevo episodio criminal ajeno a nosotros, eso es, si tenemos esa suerte de que el acto criminal se mantenga ajeno, detrás de la raya, de esa raya inmisericorde que limita la vida y la muerte.
Por su parte, el ciclo se sigue repitiendo. Matan al gerente de un “fas fud” por negarse a entregar el dinero de la caja.  Matan a madre e hija en una floristería y el dinero se queda en la caja, quizás fue un crimen pasional.  Asesinan a gallero buena gente de Naranjito a plena luz del día, apenas saliendo el sol. Sale impune el tipo que atropelló a la joven y la dejó sin piernas. Arrestan al cubano santero sospechoso de matar a la tasadora, y él lo niega en el nombre de Obatalá y Ogún. ¿Y estos asesinos, merecen vivir? ¿Habrá que respetarle su derecho a la vida?  ¿Y los que mataron al joven holandés, respetaron la vida de él? ¿Y porqué me tengo que compadecer de un asesino de sangre fría, porqué?  ¿Y quién le devuelve la vida a los familiares del muchacho holandés ó del joven que mataron en la playa del Condado?
¿Y que hacemos con ese niño inocente que recibe bofetones e insultos de parte de sus padres y se convierte en un matón de otro muchacho holandés? ¿Y qué hacemos con esos holgazanes que viven de ti y de mi y no aportan en nada a nuestro País?  ¿Y qué hacemos con los políticos que viven de dietas, de barriles de tocino y de contratos multimillonarios?  ¿Y qué hacemos con la falta de planificación, de prioridades? ¿Y qué hacemos con la capota y pintura en las escuelas públicas? ¿Y qué hacemos con el no sentir por el prójimo ó por el entorno social? ¿Y qué hacemos con el que juzga  y critica y no se mira en un espejo?
¿Y qué hacemos con la paranoia al salir a la calle pensando que te pueden matar?
Las contestaciones no existen, son utópicas, de raíces profundas, ¿porqué? Porque no nos decidimos a cambiar, porque los del poder quieren más poder, más dinero en sus cuentas y les importa poco que se multipliquen matones, de esos que mataron al muchacho holandés.
Macondo, cada día más complicado, ya no tan risible, sino con matices trágicos, más allá de los culos grandes o las barrigas llenas de cerveza y pelo.  Es un Macondo de sálvese quien pueda, de paséate con pistola y mata antes de que te maten, de hablar poco, de no mirar a los ojos, de entregar cartera, carro y hasta la ropa interior si se te pide, de avergonzarte y perder tu dignidad ante matones, de esos que le arrebataron la vida al holandés.

lunes, 18 de junio de 2012

A medias

El distinguidísimo alcalde enviaba a sus brigadas a romper brea.  Era parte de su estrategia en año electoral, romper calle, dejarla jodida ante los testigos ignorantes y resucitarla a la semana con brea barata, lisa, pero barata.  Los drones anaranjados crean tentáculos que me hinchan los testículos, esos drones de año eleccionario en carreteras a medias, inconclusas y de repavimentación eterna.
El baño público y el de la tienda por departamento y del fast food tiene el recipiente del jabón sin jabón, tarea  a medias, con jabón que se echa cada tres días y se deja sin jabón por tres días.  Es para hacerle propaganda y negocio al sanitizer, el que estuvo de moda con la influenza de hace unos años que evitaba que la gente se diera besos y abrazos y se saludara a medias.
El cable tv te lo instalan a medias, los cables a medio poner, la transmisión a medias, con la jodida señal digital en cuadros que te hace la cabeza de cuadros.
La tienda por departamento a medias. Quince cajas y abren 7 o quizás tres y si vas a las 5:00 am al supermercado te abren una sola caja con una gorda cajera trasnochada con sonrisa amarillenta de tanto fumar.
La escuela te asegura a tu hijo a medias.  Le echan bombones y chicles asesinos en las bolsitas de cumpleaños.  En las jiras de escuelas y campamentos, un maestro para quince niños, que se cuiden solos en las filas oscuras del cine o el teatro.
El político te habla a medias, medias verdades, con esperanza vana de mejor porvenir, más empleos, menos criminalidad  y la misma tontada cada cuatro años.
El médico te atiende a medias.  Te da jarabes y pastilleo que te cura a medias, que te seca la boca, te estriñe y te da anemia o te engorda en el proceso por los sai ifects. Con el trato a medias, con cinco minutos de consulta luego de tres meses esperando la cita y cinco horas esperándolo para que te atienda el día de la cita, te pregunta qué te pasa, te pasa la mano a medias, se sonríe a medias y te manda estudios a medias a ver si la pega en el diagnóstico y luego darte un tratamiento a medias.
Los seguros médicos te sirven a medias.  Deducibles astronómicos que te cubren 15 pastillas, de 60 que te recetó el médico.  Y si te estás muriendo de cáncer y el tratamiento vale 15,000 pesos al mes, busca vender donas si eres pobre, o si eres rico haz un fundraiser de torneo de golf a $250 por cabeza.
Si estudiaste, búscate un trabajito a medias o agarra un avión al extranjero. Los sueños de ser un gran profesional se esfuman y te reinventas a medias para criar a tus hijos a medias con el salario distribuido a medias.
Si se te chava el carro, arréglalo a medias, cosa que no te deje a pie.  Si tienes 4 gomas lisas con los alambres por fuera, compra dos usadas, que te duren a medias hasta que te llegue el Bono en Navidades o renueves el préstamo en la Asociación.
Si tienes hambre, come a medias, llena el carrito de compras a medias para que puedas bregar mientras puedas.  Compra jamón del barato, líquido de fregar del barato y compra agua embotellada barata para evitar el agua ambigua de Acueductos.
Si tienes novio o novia, quiérelo a medias, no vaya a ser que te tire cañona a medio camino y te deprimas full a dos meses del casamiento.
Si tienes perro o gato, encaríñate a medias, ya que los veterinarios cobran como locos y poco podrás hacer con tu amada mascota cuando llegue a vieja y te digan que la cirugía y tratamiento vale 4 mil pesos.
En tu trabajo, brega a medias.  No te esmeres demasiado con tu jefe y dedícate a medias, mucho empeño te lleva a la bancarrota mental cuando ves que es en vano tu esmero.
A los acreedores, págale a medias, para que no los tongonees demasiado, y después quieran que los complazcas todo el tiempo con el paguito mensual perfecto.
Finalmente, léete ésto a medias, total, poco me conoces y mi mensaje puede que te llegue solo a medias.




jueves, 15 de marzo de 2012

El Magnate

Camina por las calles de la pequeña ciudad, a laborar, a hacer dinero, a prosperar, a demostrar que es un hombre capaz, que nadie lo detiene, ni el mismísimo Demonio.  Se levanta temprano, a eso de las seis y media, a caminar, a tomar prestada energía del sol y del mar, para producir, para ser un capitalista más, de esos que van a ellos, siempre, que no se enferman, y que no necesitan de nadie, nadie.
Las relaciones para él son nada, las mujeres, van y vienen, un mal necesario quizás. Su inestabilidad es disfrazada por trajes, corbatas, y dos viajes de placer al exterior por año, quizás.  Su prepotencia entona en las mesas del restaurant, cuando el mozo no cumple a cabalidad, y él le ordena con neurosis militar.
Su familia, poco le importa, no son negocio, ni cliente, ni dólar en el banco.  Él se cree que es intocable, inmortal, y realmente es temeroso, inseguro, y disfrazado con traje, corbata y dos viajes de placer al exterior por año, quizás.  Cuando las cosas no son como él quiera, se encapricha, desordena, patalea e insulta, pero él puede, porque tiene American Express, tiene dinero en el banco, y tiene amigos de alta sociedad que lo quieren y admiran, piensa falsamente.
Su familia, desechable, holgazanes según él.  Si sus talentos no equivalen a dinero, no existen, y no son parte de la ecuación de triunfo. Si, porque para ser triunfador hay que ser positivo, tener la cuenta del banco gordita y estar nítidamente peinado y afeitado.
Su caminar es confiado, de aparente hombre realizado, pero detrás del traje, la corbata, la camisa bien planchada sin almidón y dos viajes de placer al exterior por año, quizás, existe un amplio vacío, una soledad que aflora y se mantiene, que desespera, y desaparece momentáneamente con una botella de vino, un buen pescado y frutas en su punto. 
El magnate no va a la Iglesia, ni procura a Dios, para él Buda es un chiste, ya que no equivalen a negocio, a clientes, o dinero en la cuenta de banco.  A Dios se visita por obligación en algún funeral, de algún amigote que muere, y se da cara para no quedar mal.
El magnate cree que es un muchachón, a si piensa falsamente, pero las arrugas kilométricas lo traicionan, y camina y se ejercita religiosamente por las mañanas, dice que está muy bien cuando le preguntan sobre como se siente, no le gusta que le hablen de la realidad amarga o de problemas, insulta para que la adrenalina se mantenga viva y no piensa negativamente.  La vida es corta, dice él, sin saber la connotación exacta de lo que dice.   
El magnate cree que se las sabe todas.  Ya tiene experiencia, ha vivido, tiene dinero y amigotes que lo saludan y admiran, y lo invitan a jugar golf o ir al último coctel. Nada lo detiene, y el que lo rete paga las consecuencias.
 Así vive él, día a día, disfrazado con un traje, una corbata y dos viajes de placer al exterior por año, quizás.  No piensa en la muerte, para qué, si eso no tiene que ver nada con los negocios, con los clientes, ni con la cuenta en el banco.
Al final, como todo ser humano, le toca al magnate enfrentarse al túnel que lo lleva de la vida a la muerte.  El momento no querido y no esperado para algunos y querido y esperado por otros.  El  mismo momento que le toca a unos a la edad de diez años  y a otros a los setenta y cinco.  Ese momento donde Dios se aparece, no en el funeral del amigote. Es ese momento íntimo, de complicidad entre Dios y el que muere. Y Dios mira al magnate cara a cara, a los ojos y no le pregunta de negocios, ni de clientes, ni de cuentas de banco. Le pregunta por la compasión, por el amor al prójimo, por la sensibilidad, por la discreción, le pregunta si pensó antes de hablar y antes de insultar.  Le pregunta si apreció a sus hijos, si los valoró, y le pregunta por su ego inmenso y prepotente, y le pregunta porqué no aprovecho las oportunidades dadas para cambiar su insensibilidiad y desprecio por los demás.  Y el magnate, baja la cabeza, sin saber que decir, y calla, sin dinero, sin clientes y sin negocios de que hablar. En ese momento se da cuenta que nunca conoció a Dios.  Lo que queda es un misterio, un vacío, un Infierno quizás, ganado por egoísmo, mala voluntad y todo lo demás.

lunes, 12 de marzo de 2012

La Ceremonia

Lunes, 12 de marzo de 2012, 10:08 de la mañana.  Día de esos normales, en la frontera con el aburrimiento, sin mucho ruido, sin mucho aleteo.  Hasta que el ruido llega, un sonsonete mayúsculo de bocinas y de aceleradores.  Eran unos cuantos, por decir poco, de los mentao four tracks, que llegan al Capitolio, acelerando como demonios, llevados en plataforma de pickups. Si, porque los conductores de four tracks son muy cívicos y jamás violan la ley, y saben que ir por la vía pública no es permitido y es ilegal.
Estos four tracks son de esos que hace unas semanas le quitaron la vida a una bella joven.  En ese caso, el four track era conducido por su novio, un boxeador de calibre mundial, yo no estuve allí, pero dicen que iba por la vía pública y en un acto de descuido chocó aparatosamente. En el choque, la joven sufrió golpes en la cabeza, cayó en coma y murió poco después.  Mientras tanto, el futuro del boxeador en el ensogado, en el deporte del toma y dame, quedó en coma, moribundo.  En el tribunal, en espera de que le sometieran cargos criminales, el boxeador llevaba puesto en su dedo la sortija que le había regalado a su novia. Besaba la sortija, cabizbajo, sumido en una depresión.
Esos four tracks son deleite de algunos políticos.  Chemo, el de los ojos achinados color esmeralda, de bigote prematuro, cazador excelso del Chupacabras, los defiende con su vida y no quiere cuentas con ellos.  Dice que son parte clave de sus avanzadas y en las actividades políticas alega que se organizan los vehículos de modo estratégico para que nada terrible suceda. Chemo ya dijo que el político que ose prohibir los four tracks no cuenta con su apoyo y manifestó que deben legislar para que puedan transitar por las vías públicas.  No es la primera vez que este digno alcalde habla palabras de sabiduría, recuerden cuando criticó las preferencias sexuales de Ricky Martin o dijo que el ex senador Héctor Martinez “era un buen muchacho”. Y el Chemo, estaba también en el Capitolio, apoyando a los muchachones y a las mamisongas, para que les den tablillas de motor a sus juguetes y los traten justamente.
Esos four tracks, al igual que sus primas-hermanas las motoras de aceleración, queman goma de manera demente, como cuando llegaba Tito Trinidad, o más recientemente Barea, o si gana alguna Miss Universe, o en cualquier actividad de celebración de pueblo.  Son como naves de Superheroes de Macondo, con tipos de todas formas y colores montadas en ellas, con cabellos acicalados por maquinitas de barbero de barrio, vestidos con pantalones con ruedo entre las rodillas y los tobillos, anchos, de polyester o de mahón, y cadenas Blin Blin y camisas marca Echo- de esas del rinoceronte- anchotas también, con tenis Jordan nuevos, de paquete, que pisan el acelerador con bravura, coraje y una mezcla de control y descontrol.
Pues hoy 12 de marzo los muchachones están histéricos y las mamisongas también, con sus mahones negrotes y apretadotes, en las escalinatas de Rivera Schatz, digo, del Capitolio.  El líder de los muchachones agita, trepado en una tarima con un letrero que dice Big Boy, y vocifera a sus panas, colegas y socios que va a comenzar la ceremonia y les ordena que se ubiquen en las escalinatas. 
Como parte de la denominada ceremonia, hay música de fondo, estridente, es de una de esas gringas del genero disco, no Lady Gaga, pero de esa misma cepa, música bailable con letra extraña. El humerete, la aceleración, la adrenalina loca, inunda el espacio.  Los four tracks llegaron montaos en pickups, y se apoderaron de la Avenida Rivera Schatz, digo la Avenida Constitución, en el lado sur del Capitolio. 
Las pancartas alusivas al disparate son parte de la ceremonia. Las mamisongas nalgonas, de mahones negrotes, apretadotes, miran a sus machotes con orgullo, y ellos con sus Blin Blin, alborotan, pisan con furia orgásmica el acelerador  y joden más que joden para que no le pasen alguna ley que les prohíba su exquisito hobby, o más aún, exigen para que aprueben una ley que les provea plenos derechos y puedan campear por las calles como lo hace un BMW o una Hummer.
Lo lindo de la ceremonia es que no hay discursos, solo la música de la nova Madonna, con el sonsonete musical creado por algún imitador de DJ Negro o Baron López y claro está, la peste a humo y el ruido del acelerador.  Paralizan la avenida, pretensiosamente, a la brava. Que se chave si hay un enfermo en ambulancia que tenga que salir del Viejo San Juan, hay que dejarse sentir dicen ellos, y la avenida es de ellos.  
En la avenida, se pueden ver filas y filas de four tracks, trepaditos lo más bonitos en pickups, acelerados por sus amos de manera bestial, en seco, organizaditos, por todos lados de la carretera, en contrasta con el desorden mayor que forman en sus actividades cotidianas de fin de semana, cuando están en movimiento amorfo y alocado por las calles rurales y semi-rurales del país, por la libre.
Y que me dices de los policías que velan por la seguridad de la ceremonia, si es que esto se le puede llamar ceremonia, como profirió el gran líder del letrero Big Boy.  Los policías, hombres y mujeres, son no menos de cincuenta, y se paran a charlar, sin ningún motivo ni propósito.  Pero, no faltaba más, si en nuestro Puerto Rico no hacen falta policías en las calles, si cada día hay menos criminalidad. Y todo debido a actividades sanas y familiares como es el uso de los bellos four tracks, buenos para llevar al nene de dos años sin casco en su cabeza, o a tu novia, o a tu mai o a tu bisabuela. 
Lo importante es que no lleves casco, uses Blin Blin, champions Jordan aniquelaos y las mamotas que coman mucha carne de cerdo para que sus caderas se vean más protuberantes cuando se sientan en el asiento duro del four track y ese mahón parezca que va a explotar.
Los muchachones, hoy 12 de marzo, llevan unas camisetas negras con letras blancas que dicen: “La Plaga: Te Exterminaremos en Noviembre 2012”.  La camisa tiene, además del aludido mensaje, un dibujo trili y tecato de unos four tracks y pintadas las insignias de los tres partidos mayoritarios en Puerto Rico.  ¿Y qué es eso? ¿Una amenaza? Que me expliquen. ¿Será que esto es un movimiento revolucionario?  La realidad es que no, ellos solo son unos muchachones sanos y ellas son unas mamisongas chulas, que meramente les gusta vacilar y comerse el pincho y tomarse la fría, mientras disfrutan de un bonito paseo en four track.  A ellos y ellas les gusta el alboroto, la peste a acelerador y llevar a los nenes sin casco en el four track.  Ellos y ellas solo quieren divertirse, pasarla bien, si muere alguien en el proceso es un pequeño y desgraciado accidente, y si no están trabajando hoy 12 de marzo es porque hay un propósito de vida, que es defender sus vehículos de legislación injusta que se los quite, que se los arrebate y no les permita pasarla bien en busca de la unión familiar y del porvenir de Puerto Rico. 
En resumidas cuentas, los muchachones y las mamisongas son punto y aparte, y junto a sus four tracks, son parte del germen de Macondo que nos corroe y nos deleita. Mientras tanto, ¡Que viva la Ceremonia!

jueves, 23 de febrero de 2012

La bici

Hoy, a raíz del incidente en que se vio involucrado un legislador, surgen mensajes genéricos y prefabricados en contra de la violencia contra la mujer.  Los mismos se basan en clichés reciclados sin base racional.  Los políticos y la prensa los emiten como muñecos de ventrílocuos, repartiendo moral con toques de hipocresía.
La violencia entre parejas no debe existir pero hay qué definir qué es violencia.  ¿Es violencia que un hombre asesine a su esposa con un machete? Sin duda.  ¿Es violencia que una mujer cachetee a su marido si este se liga a una rubia en la playa? Quien sabe.  ¿Es violencia si un hombre arrolla a su pareja y la deja sin piernas? Sin duda. ¿Es violencia si ante el stress económico de la pareja la discusión escala y vuela por el techo un carajo? Quien sabe.
Ser figura pública tiene su precio. Puede la persona cuidar su imagen, ser un Ironman del deporte, educado, hábil ante el sagaz micrófono del incisivo periodista, pero si la suegra marca el 343-2020 o el 911 y lo chotea, le pudiese vaciar las gomas de su bicicleta política. 
Las alegadas palabras soeces proferidas son sujetas a credibilidad, a que un polígrafo objetivo lo determine o a sentar a un tercero, que en este caso es una pequeña víctima de cinco años que presenció el alegado evento. 
En caos como estos, hay que irse mucho antes.  Mucho antes de que la testosterona te nuble la psiquis, te agite el ventrículo derecho y te cuque la lengua.  La prudencia y la discreción, baluarte de los políticos a la hora de hablar, puede sucumbir en un momento de pasión, de emoción y de discusión. 
Pero, incidentes aislados son incidentes aislados.  No son correctos, pero son aislados.  Las personas, lejos de ser referidos a un F.E.I. o sentados en un cuartel, o pedirles que se retiren del ruedo político, deben ser referidos  a profesionales de la salud mental, para bregar con su pareja, o para largarte de la casa si es el caso y bregar con la situación.
Los latinos, hombres y mujeres, somos bravos, temperamentales, mezcla de razas, creando una especie de pitbull que puede ser muy cariñoso o muy destructivo.  No estamos hablando de un suizo en los Alpes, estamos bregando con boricuas en el tuétano de la violencia, de la droga, de los asesinatos, de la problemática económica y de los entuertos políticos.  A eso, añádele ser padre, modelo a seguir, profesional y etcétera, etcétera.  A eso, añádale que se te olvido hablar con tu pareja, a sacar tiempo, a verla como una amiga, o viceversa, como tu amigo.  No es difícil perder la chaveta, pero muy fácil perder tu status de prominente ante los buitres que asechan.
Palabras soeces, se dicen en las películas de Hollywood, en los juegos de baloncesto cuando el fanático le grita al arbitro, los adolescentes las dicen en cada oración porque es cool, así que la ambigüedad nos permea y nos confunde. El techo de cristal es latente.
Aparte, en medio de una discusión en escalada, en avanzada, en plena campaña, hay que contar hasta diez, y montarse en la bici, para evitarse problemas.  A veces es lo menos querido, pero lo inevitable.


miércoles, 22 de febrero de 2012

Ceniza

Hora de almuerzo, encomienda distinta hoy.  A toda prisa me dirijo al banco a realizar un pequeño depósito de mi pequeño presupuesto, a mi madre.  Es que en estas épocas son pocos los que tienen grandes presupuestos.  El sol calienta y la brisa fría opaca un tanto su poder asfixiante.  Entre turistas jinchos y uno que otro deambulante llego al banco en el Viejo San Juan.  Digo banco a nivel genérico para no hacerle publicidad y menos a éste que es un pulpo insensible de garras finas.
La chica teller me mira con cara golosa, su piel es india, inquieta y mis ojos casados la miran con cierto respeto.  Realizo la mini transacción, ridícula ante la suma depositada, pero para pan y leche dan y algunos litros de gasolina quizás. Ante la ligereza extraña de la transacción, ya que lo común es joderse al menos diez o quince minutos en la fila bancaria, decido subir escaleras, bordear el Teatro Tapia, seguir subiendo y caer de carambola en la Iglesia San Francisco, para sacarme un poco los demonios de adentro.
En mi despiste eterno, no recuerdo que es Miércoles de Ceniza.  Los bancos de la iglesia no dan basto y hay gente de pie en los pasillos.  En días normales, sobran los bancos al punto que puedes recostarte y tomar una siesta. Pero hoy todo el mundo quiere que le pasen la ceniza en la frente y consagrase con Cristo.  De reojo miro a los lados y saludo sin querer la imagen de Charlie, el Beato.  Ya es hora de la comunión, la Misa está terminando.  La fila es enorme para comulgar y solo me queda pararme en el pasillo y esperar.
En la espera, Macondo se apodera, si porque Macondo tiene poderes que osan hasta a la mismísima Iglesia.  Entran dos cuarentonas, de esas calentonas y coquetonas que creen que tienen quince. Me quedo impávido, serio, con cara entre santo y bouncer.  Las chicas, en medio de la comunión se secretean algo que no percibo, se ríen entre ellas y una le da un palmetazo a la otra, cosa de bromas, de chicas juveniles que recién entra en la regla.  Así como llegaron, así se fueron, dando su pincelada macondiana al Miércoles de Ceniza.  Lo que no sabían las babies es que su acto es uno que provoca un espiral, un efecto dominó que es inevitable en Macondo. 
El primero de los sucesos, la pasada por mi lado de un juez.  Lo recuerdo de un caso contra alguien al que defendí, acusado y luego condenado por actos de fraude. Recuerdo su proceder ambiguo, inconsistente, en aquel caso. Hoy, el juez  iba con su regio traje y corbata clara, creo, planchados ambos a la perfección, con aura de importante.  Sus labios pequeños, finos y serios acababan de comulgar.  
Luego, el segundo suceso de Macondo, más marcado, de mayor espiral y efecto dominó.  Detrás del juez, no necesariamente acompañándolo, venía ese ex legislador que está de moda, cuyo nombre me reservo, al igual que el del juez, por respeto, por vergüenza ajena y a saber porqué.  Es ese al que le tomaron fotos atrevidas, de lunar ancho tipo Chacón en la sien, que quizás tuvo algún futuro prometedor en la política. Hoy, andaba con t-shirt y mahones, juvenil, como las chicas que llegaron y se fueron unos minutos atrás.  Había comulgado, y con todo derecho, como ser humano que es.  Pero, sin ánimo de juzgar, cuidado con los contrastes, especialmente si eres figura pública y tienes hijos que proteger.  Es una ironía insensata quizás, el derecho de expresión, de haberse liberado, que choca con la burla y el morbo de una sociedad que ataca basada en machismo y fundamentalismo muchas veces.
Tres circunstancias en cinco minutos, en medio de una procesión sagrada, un Miércoles de Ceniza.  Tres mentes, con algún grado de ceniza inmersa, que les hace actuar de manera incongruente e imprecisa a veces, guiados por el poder de espiral, de dominó, de nuestro querido Macondo.

lunes, 13 de febrero de 2012

Qué o Quién

Qué es eso, ese dato, esa circunstancia, ese pormenor o acto del destino que nos lleva a ser quienes somos.  La fortuna de unos y la desgracia de otros. 
Qué determina que una persona nazca deforme, o sin inteligencia, o destinado a morir de cáncer a los ocho años. 
Qué determina que algunos nazcan en familias pudientes, lo tengan todo, salud, dinero e inteligencia desde que nacen. 
Porqué hay personas que viven sobreviviendo y otros dependen de los excesos para mantenerse vivos. 
Qué es aquello que determina que unos nazcan en Suiza y otros en Camerún. Otros en el guetto de Harlem y otros en el centro de Manhattan. 
Qué determina que una nazca para ser Miss Universe y otra sea la burla por su fealdad. 
Quién o qué determina la raza, el ser negro, pelirrubio o colorao.
Quién determina si eres judío, ateo, budista o católico.
Qué o quién determina si eres líder de masas, o burócrata, o millonario o si recibes una nevera en el caserío y le regalas el voto al político cada cuatro años. 
Qué determina si eres el tenista número 1 del mundo o si eres el mero arbitro de líneas que canta las jugadas de adentro o afuera. 
Quién tiene derecho a ser feliz, bajo qué circunstancias, condicionadas, qué día de la semana es el día para ser feliz, lunes, martes o sábado o todos. 
Quién tiene derecho a reír de verdad y quién lo hace de manera fingida. 
Quién cuida del enfermo y quién es el enfermo a ser cuidado y por qué hay personas que no están enfermos y tampoco cuidan a alguien.
Qué determina la violencia, la apatía y el egoísmo o qué determina que haya gente que da su vida por el otro y dé sin pedir nada a cambio. 
Qué determina que uno se calle la boca ante la injusticia y otro la denuncie a los cuatro vientos. 
Qué determina que alguien se coloque bombas en su cuerpo y explote por un acto, o transporte bolsitas de heroína en su estómago o mate a alguien en un acto sicótico. 
Qué fuerza provoca que alguien aspire nicotina, o se adentre en la marihuana o el éxtasis  o aspire coca sin miedo y sin pausa. 
Qué hace que alguien medite en un templo día y noche y no emita palabras y otro quiera viajar el mundo, y otro le tenga pánico  a los aviones, o al agua, y otro desafíe olas gigantes en una diminuta tabla de surfing. 
Qué provoca que alguien corra el Maratón de Nueva York y otro necesite andador para llegar  de un cuarto a otro.
Qué determina que alguien ame a los animales y otros los envenene de manera perversa.
Qué provoca que alguien devore libros y ame el conocimiento y otro viva de la brutalidad y sea analfabeta.
Quién aspira a más, a tener retos, y quién es aquel que vive de la conformidad y de que ocurra lo menos posible que le altere su zona de comodidad.
Qué hace que alguien coma carne en exceso y otro la critique y coma tofú y tomates.
Qué nos hace ser diferentes, unos buenos, otros malos y otros en puntos medios.
Qué hace que peleemos, que discutamos, que nos amemos, nos abracemos y luego nos odiemos otra vez. 
Qué nos hace acercarnos al Creador y luego distanciarnos de Él.
Qué nos hace ir, qué nos hace venir, que nos hace perdernos en el bosque y luego encontrar la brújula para regresar.
Qué nos hace ser libres, qué nos limita y qué nos confunde.
El qué y el quién, quién sabrá qué lo inventó o en donde comenzó.