sábado, 30 de noviembre de 2013

Lola

Lola es una muchacha buena, al menos por ahora.  No es del area Metro, esta en escapada por estos lares.  No se llama Lola pero asi le llamo.  Su sonrisa es amplia, su piel triguena preciosa.  Su inocencia aun permea y cada dia es menos.  Ella sirve mesas y suena con ser alguien.  Su juntilla es peligrosa, pretendientes le sobran.  Lola tiene un problema, le gusta la droga, el perico.  Su juntilla la introdujo, en medio de manoseos de pana que terminaron en la cama.  Los machos panas, que por cogerla la sonsacan con el perico que le gusta tanto.  Son sus panas, la juntilla, y Lola deja que la manoseen, si es un vacilon tu sabes, hoy uno y manana el otro, claro, te doy lo tuyo papi si tu me das lo mio sabes.  Lola tiene familia, aun estudia y aun no se seduce por los tatuajes.  Aun se alimenta y aun rie sin esfuerzo.  Pero Lola surca por caminos peligrosos, que son entretenidos cuando tienes 21, pero que te pasan factura a la larga, y la coca, o el perico, se convierte en un maleficio mas que un viaje placentero, y la risa ya no sale tan espontanea, y ya no aparece el tipo que te la da la coca que tanto te gusta porque estas buena y le das el canto. 
En el proceso Lola coge fama de cualquiera, se distancia de su familia y pierde la calma.  De mesera piensa meterse a estriper, donde el dinero es facil y la droga amplia. 
En medio de la tempestad Lola despierta, se mira en un espejo a su aun bella cara, se da cuenta que esta a tiempo, alza vuelo, limpia  su alma, su nariz, su juntilla y renace.  Se da cuenta de la farsa, del atraso, de la mierda que la ata, que le quita sus suenos, que le quita su impetu y la entrampa.

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