martes, 5 de enero de 2016

Volar

Represión constante, militar y famélica, de dictadores de derecha e izquierda, de no poder hablar, de fingir, de jugar el juego tonto, de esos juegos ajustados al que dirán. Represión familiar, de no hablar, de azotar, de maltratar, de heridas punzantes, de ignorar y no desear el mal. Represión militar, de esa que habla el maestro Blades, de ir al punto más alla, de ignorar, de no herir, de volar.

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