sábado, 26 de marzo de 2016

incontables

Esa alegría de volver a verlos, a los hijos, de darles un beso, o quizás quince, y darles un abrazo o quizás 30.  Esa alegría de oír su risa, de regañar sus travesuras, de aconsejar su inocencia, de darles 2 besos o quizás 40, de darles 3 abrazos o quizás 50, de dormirlos en la noche, de preparar su cena temprano en la noche. Que triste llevarlos a su otra casa y despedirse de ellos. Qué alegría verlos otra vez y darles incontables abrazos y besos.

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