La yoguina a veces era hermética y a veces se abría ante el yogui. Era serena y graciosa, con pelo largo hermoso. Miraba a veces a los ojos cuando le parecía. El yogui no le quitaba los ojos de encima y ella se sentía algo nerviosa. La yoguina estaba un tanto a la defensiva y no quería complicaciones. Y el yogui si quería complicar los asuntos del amor. Y en ese juego el yogui y la yoguina vivían en este momento de la vida
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