Ciertas noches, Hunza dormia poco, era mas lobo que hombre. Le aumentaba el hambre, pero estaba acostumbrado a ser vegetariano mayormente especialmente en la noche. Procuraba cocinar lo menos posible, comer alimentos crudos. Hunza hoy escuchaba la fuerza del viento, un viento frío e incesante. Hunza se refugiaba del frío viento que podría aniquilar hasta al mas fuerte guerrero. Hunza guardaba su paz, aun con hambre y frío
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