Hunza corto papaya, era tarde ya, pero Hunza tenía hambre. No hambre violenta de comer animales y envenenar el cuerpo y el karma. Hunza se sentía vivo en la madrugada, entraba a un mundo mágico sin limites, un mundo de lo sensorial y lo telepático. Hunza podría no dormir hoy pero quizás convendría. Hunza pensaba cuantos guerreros y guerreras estaban despiertos en esta misma Sintonia
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