Varias jugaban póker. La ganadora lo tendría, jugaban sus cartas. Serias, frías, calculadoras. Jugaban poker de amor, la ultima sentada a la mesa ganaría. Era un juego complicado, el con su dulzura y enigma podía asustar de momento. Podia crearles orgasmos insospechados mientras jugaban sus cartas. Era un juego de póker que ellas nunca habían jugado, y les gustaba. Todas querían ganar, y tenerlo de premio
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