jueves, 5 de mayo de 2016

el regalo del abismo

En los pasados tres años no quise llegar a la profundidad del abismo. Eran aguas oscuras , tenebrosas y no tenía  salvavida. Muere mi madre, me divorcio, perdí trabajó dos veces, la lejanía de mis hijos, problemas  económicos. Y toco ese abismo, con careta y sin tanque de oxigeno, bebiendo lagrimas de sal. Y me encuentro con el abismo y comienzo a mirarle a los ojos, y converse con el. Conversamos  días, semanas, años. Y el abismo se compadeció y vio que no moriría en sus aguas tenebrosas. Y me dio la energía vital, esa que no termina, que te inunda  de día a día sin cansarte, y me permite llegar a ti y burlar la muerte y llegar a la otra existencia, lleno de energía vital.

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