viernes, 30 de septiembre de 2016

El gitano

El gitano no seguía reglas, ni caminos, ni pausas, ni  silencios establecidos. El gitano adoraba la risa libre, y la seriedad no impuesta, creía en el placer, y hacer el amor a cualquier hora. El gitano creía en la libertad, en todas sus formas, y el que quisiese embriagarse, que lo hiciese. El gitano no creía en edades, ni tiempo, creía en amar a una, aunque deseara a muchas. El gitano no tenía caminos definidos, ni autoridad que valiese, solo vivia.

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