Hunza realmente conocía poco de ella. Dudaba, la estudiaba, Hunza hablaba poco en su cuerpo actual, no era natural su ambiente ni el rol de vida. Hunza estaba tranquilo y paciente pero deseoso. Esperaba, en círculos, en rutina, hilvanando momentos de paz que desintegraran su realidad. Quería amarla en el campo, en el bosque, con la lluvia cayendo, y compartiendo el calor de su cuerpo con el de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario