En su otra vida, allá en la frontera entre las montañas de India y Pakistán, Hunza se refugiaba en una cueva. Como los osos, dormía, comía, leía y pensaba. Hunza entonces se refugió en una cueva, en esta vida. Necesitaba espacio para el, lejos de la maldad, de la envidia y el prejuicio. En esta cueva escucharía el silencio, obtendría fuerzas y soñaría con su amada. Hunza necesitaba descanso, y tiempo para pensar, y no pensar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario