Vacio mi mente, vacilante ante el futuro. Contando las monedas, midiendo el trozo de pan que como. Miro la opulencia, el egoísmo de ese burgues que vive al revés. Sobrevivo, disimulando la risa, añorando las risas de mis hijos, añorando la próxima vida, sobreviviendo en la existencia dura, de subidas, de cretinos, de la falsa imagen de aquel que se aproxima.
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