Desconfías de mi, lo siento, lo percibo, lo siento. Y lo siento mientras escucho cánticos gregorianos. Desconfías, crees que te haré daño? No tengo tiempo, ni interés, ni es parte de mi naturaleza. Vengo del mundo ajeno, de los Angeles, de esos que velan la puerta de la vida y la muerte. Vengo del mundo donde sudar da vida, donde la música es todo, y la armonía reina. Desconfías, porque desconfías?
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