Hunza no creía en la fiesta, ni en el alcohol o la droga. Hunza vivía en silencio, escuchando grillos, gallos y pájaros. Hunza desconfiaba del hombre, desconfiaba de la ambición y se cuidaba de la maldad. Por eso escogía estar solo, para no exponerse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario