Se adentró en su mundo. Era un mundo con paredes de chocolate organico, de vegerales crudos, de frutas, de pescado fresco, de yogurt y de jugos naturales. Era un mundo impregnado de olor a salitre, de aroma a lluvia caída. Su mundo giraba en torno a escapar de este mundo, de tener la capacidad del pez para vivir debajo del agua, de atardeceres y amaneceres, un mundo sin cansancio, de volar sin alas, de al fin llegar a su amada, de reír, de vivir, en paz y salud total
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